18 de abril del 2024

Los enemigos en casa

Ayer acabó un nuevo periplo cervecero por competencias sudamericanas y en el análisis diremos que esta fue una aventura diferente desde el principio. En diciembre pasado luego de conocer el fixture de la Libertadores 2019, casi todos coincidimos en que el grupo que nos tocó en el sorteo no era de los más temibles.

Tener como rivales a Godoy Cruz de Argentina, Universidad de Concepción de Chile y Olimpia de Paraguay con el respeto que se merece cualquier club y reconociendo que el fútbol peruano no está para mirar por encima del hombro a nadie, eran rivales que, salvó Olimpia, no son habituales en los podios de sus respectivos países, aparte sentíamos que el año pasado el equipo ya jugaba de memoria y bueno pues la ilusión fue grande.

Para variar, como ocurre desde hace varios años, luego de la alegría que da ganar un torneo local, aparecieron ellos…Nuestros grandes dirigentes… Los mata ilusiones, con sus frases «internacionalmente no se puede», «no tenemos el presupuesto de otros equipos» para hacernos saber que la labor de nuestro Sporting Cristal bajo su mandato sólo se limita al ámbito local, que internacionalmente ni podemos, ni queremos competir porque no está en su escala de costos.

¿Qué hicieron? Desarmaron el equipo. Vendieron a mansalva y compraron en remate, se hicieron contrataciones inexplicables: Arce (un jugador que no era gran figura en su ex equipo) fue traído con un contrato de 4 años, Ortiz que ya había tenido un paso discreto por Cristal y que el 2018 en San Martín tampoco la hizo, en enero no tenía equipo y estaba entrenando en parques de Argentina y así lo trajeron con un contrato de 3 años, Palacios era una moneda al aire en Puebla no la hizo, pero bueno llegaba para tener en banca una alternativa a Herrera. Cualquier celeste sabe que nuestra mayor falencia estaba en la defensa y sin embargo ellos no hicieron nada por reforzar esa zona.

¿Resultados?. Pues los esperados: eliminados de la Copa Libertadores, pero, Diosito nos dio una segunda oportunidad. Un premio consuelo: la Sudamericana.

En este torneo nuestro Cristal se vio nuevamente tocado con la fortuna en el fixture, de pasar las primera etapas, no se enfrentaría a algún brasilero hasta semifinales. Se empezó apabullando de ida y vuelta a un rival hecho a su medida (trotón) como el unión Española de Chile y en octavos de final tocaba enfrentar a un equipo venezolano Zulia, para luego enfrentar a un equipo argentino de los no tan pintados que te daba una esperanza de poder conseguir algo a nivel internacional.

Pero nuevamente aparecieron ellos, como si no hubiesen visto la presentación que hicimos en la recién acabada Copa Libertadores, para decir que: “el equipo estaba óptimo, que estaba en su punto y no había que mover un pelo”, ojo para esto ya se sabía que Herrera no volvería a jugar con suerte hasta fin de año.

Da rabia ver que el destino le jugó a favor a nuestro Sporting. Gracias a la Copa América se contó con 2 meses para prepararse y enfrentar esta estapa y sin embargo no se hizo nada por potenciar al equipo.

Pasar a Zulia era obtener ingresos por más de 1 millón de dólares que gracias a la falta de ambición y poca audacia de estos “entes” que tenemos sentados en los sillones dirigenciales, el club deja de ganar, mientras tanto los dirigentes seguirán ahí, en un puesto encargado por una empresa cervecera, que si bien, en un principio fue un gran apoyo para el surgimiento del club, ahora se ha convertido en un ancla que nos jala y no nos deja ambicionar con lograr éxitos internacionales resonantes ya que solo le preocupa tener números en azul sin darse cuenta que los títulos internacionales serían el salto necesario para no malbaratear a los jugadores que ponemos en vitrina.

¡¡¡Fuerza Cristal!!!

Tus fieles devotos estaremos a tu lado hoy mañana y siempre.